El tiempo libre
Página 1 de 1.
El tiempo libre
El tiempo libre es demasiado importante como para sustraerlo de la atención del Estado, incluyendo a cualquier tipo de gobiernos autónomos (departamentales, municipales, indígenas). En términos existenciales, uno trabaja ocho horas, descansa ocho horas y tiene tiempo libre ocho horas. Este último es el tiempo del ocio, del descanso, de los hobbies, de la creatividad, de la invención, de la innovación, del deporte, del juego, de la lectura, del espectáculo, de las artes, de la fiesta. Por eso la publicidad se concentra en estas últimas ocho horas. El mercado conoce muy bien la importancia del tiempo libre, porque es también el tiempo de las compras y de las sugestiones para crear necesidades superficiales. ¿Usas un celular que ni siquiera tiene máquina fotográfica? ¿Y por qué no te compras un IPod? ¿Un IPhone? ¿Una laptop con web cam incorporada? En cambio, al Estado suele importarle un corno el tiempo libre, que debería ser una política central de los ministerios de culturas, turismo y deportes. El mercado te da miles de opciones para ocupar tu tiempo libre, pero todas cuestan y, por tanto, están reservadas sólo a la gente adulta con ingresos saneados o a sus hijos, que tienen buenas mesadas. El resto de la población, sobre todo urbana, no tiene otra forma de disfrutar el tiempo libre que por el consumo de alcohol en plazuelas o boliches de mala muerte. El tiempo libre es el escenario de la utopía, de los sueños de cambio, de los planes para mejorar la calidad de vida. Es también el lugar de la resistencia, porque hay jóvenes tercos y tercas, que quieren dedicarse al deporte, al arte, a los estudios universitarios aunque no tengan recursos. No importa: ya se les ocurrirá de dónde conseguirlos, y en ese empeño a veces tienen éxito, a veces fracasan. En cambio, hay una forma de adormecer la utopía y los sueños de cambio y mejora en la calidad de vida, una forma al alcance de la mano: es el consumo de alcohol y drogas, el consumo de clefa o de otros productos que te hagan olvidar el infierno que vives. Iba a decir el sexo temprano, pero en realidad es la maternidad temprana, una plaga mayor para las madres jóvenes y para los niños y niñas. Por eso el tiempo libre es tan importante como preocupación central del Estado. Es un tema de interés público porque en él un país se está jugando su futuro. En los países ricos, los jardines, las plazas, los sitios públicos están llenos de actividades artísticas y deportivas. Una serie de políticas fomenta el turismo interno y externo, y no sólo para los jóvenes sino también para los viejos y viejas. En Bolivia, las leyes de cultura, deportes y turismo descuidan o no atienden a cabalidad estas temáticas. Si el Estado no da facilidades para que los jóvenes se formen intelectual y moralmente y dediquen su tiempo libre a estos propósitos, ¿qué nos espera en el futuro? Cuando inicié mi reflexión sobre estos temas y publiqué un Manifiesto del Tiempo Libre en 1999, ya se habían celebrado cinco congresos mundiales del tiempo libre. Ahora han debido llegar por lo menos a diez versiones. Pero en Bolivia no queremos enterarnos de este tema, que debe ser fundamental para una Ley del Mecenazgo, para una Ley General de Culturas o incluso para una Ley del Tiempo Libre. |
Ramón Ro- Invitado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|